Hoy os voy a contar un cuento ,cambiamos de tema ,dejamos a un lado la pelu por un momento.
En todos los pueblos hay casas deshabitadas ,ruinosas y vacías pero siempre repletas de recuerdos de las gentes que las habitaron y que,por una u otra razón , las abadonaron. Quizás huyendo de guerras, de épocas de crisis o, sencillamente , por el deseo de probar fortuna en un rincón distinto del mundo.
-¡Si las paredes hablaran! -exclamó de repente Marcela mirando fijamente por la ventana.
La pequeña Lola desvió la vista del cuaderno en el que hacía las tareas escolares y observó a su abuela . Luego se levantó y se asomó a mirar, y apesar de que los ojos de la abuela permanencían perdidos en un punto del exterior, no supo adivinar hacia donde se dirigían.
A través de los cristales comprobó que la vida repetía el ritmo de todos los días . Los mismos vecinos , las mismas casas,el cruce de caminos en medio del pueblo , el lago y las gigantescas montañas de picos nevados resguardando el pueblo .
Nada parecía distinto del día anterior . Y lo cierto es que no lo era .
Lola volvió a sentarse y reanudó sus tareas . Debía terminarlas cuanto antes si quería salir a jugar un rato con sus amigos.
-Llegó de la nada – musitó Marcela .
Su nieta dejó el lapíz sobre el cuaderno. Conocía a la abuela . Era una mujer de largos silencios , interrumpidos solamente para contar cosas interensantes . Y para Marcela , las cosas interesantes eran las historias del pasado. Lola decidío que había llegado la hora de escuchar. Más tarde terminaría sus deberes ,y seguro que encontraría otro momento para salir a jugar.
La abuela se apartó de la ventana y apoyó sus rugosas y gruesas manos sobre la mesa camilla . Luego , repiqueteó con sus dedos torcidos sobre la mesa -¡qué cruel había sido la artosis con sus manos! -miró a su nieta y , tras un suspiro ,empezó :-Una noche de invierno en la que había caído una de las peores nevadas que se hayan conocido en estas tierras, el último autobús de línea trajo a una extraña pasajera.
Por entonces no era habitual que llegaran forasteros a este pueblo. Llevaba un abrigo ancho y largo que la cubría hasta los pies y un gorro de ganchillo calado hasta las orejas. Abrazaba una pequeña maleta desvencijada y cochambrosa en la que debía de caber una muda y poco más.
Marcela se quedó pensativa , con el ceño fruncido . Fueron unos segundos .
-En esos tiempos – continuó- , en el pueblo había un único lugar en el que pernoctar . Era una casa que alquilaba habitaciones o eso decía el estropeado cartel de la puerta , frente a la estrecha marquesina del autobús de línea .
La forastera no dudó ni un instante . Hacía frío , estaba oscuro y aquel pueblo le resultaba desconocido.
>A primera hora de la mañana, el cartero siguió un camino de pisadas desde la parada del autobús hasta el imprivisado hostal .Enseguida sospechó que el pueblo contaba con un habitante más . Se asomó a todas las ventanas de la planta baja y, por fin , la vio. La noticia corrió como el viento .
>Despúes del desayuno , la mujer pagó la cuenta , tomó sus pertenencias y salió . Con la luz del día , miró a un laso y a otro , contemplando aquel pueblo pequeño y silencioso rodeado de montañas.
>Extrajo un papel arrugado de uno de sus bolsillos y anduvo por las estrechas calles con cuidado de no resbalar. Sus pasos fueron seguidos por varios pares de ojos de vecinos desconfiados.
>Finalmente , la mujer tomó el camino que llevaba al lago y se adentró en el bosque de abetos nevados hasta llegar a una pequeña casita de madera.
-¡La cabaña abandonada ! – exclamó Lola -. Recuerdo que cuando era pequeña me llevabas a jugar por los alrededores. Marcela asintió y su boca esbozó una especie de mueca .Era su forma de sonreír .
-Al día siguiente -prosiguió – , la mujer apareció de nuevo en el pueblo, pero esta vez sin su maleta .Compró unos cuantos alimentos en el colmado , los suficientes para pasar unos días , y pidió que se los llevaran a casa.
>-¿Dónde vive?-preguntóBraulio , el tendero.
>En la cabaña del lago – respondió la mujer.
>-Mi chico se lo llevará todo esta tarde -dijo braulio, y se puso a atender a otra clienta .
>-¿Dónde ha dicho? -susurró la mujer del tendero ,y mientras su marido le cuchicheaba algo al oído , la forastera abandonó la tienda y recorrió el camino hacia el lago entre miradas adustas de todos los vecinos , que no eran muchos ,aunque mucha era su desconfianza.
Tal y como había asegurado el tendero , por la tarde apareció un muchacho de poco más de doce años empujando una carreta.A pesar del frío, venía sudanso . A pesar del frío, venía sudando.Amedida que se acercaba a la casa ,pensaba que aquella era una mujer exraña .¿A quién se le ocurría ir a vivir a la cabaña del lago?Los más jóvenes del pueblo pensaban que era un lugar maldito y que las gentes que lo habitaban atraían la mala suerte . Se contaban tantas historias………..
>>- A cual peor – recordó el muchacho.
>>Historias de brujería ,muertes y enfermedades . Llevaba varias décadas cerrada a cal y canto ,desde que su última propietaria la abandonó y alguien hizo correr la voz de que el brote de escarlatina que había asolado al pueblo tenía su foco allí .
>>El muchacho siguió sus órdenes y ,cuando hubo terminado ,empujó la carretera de nuevo, ahora vacía , alejándose a toda prisa .
>>- ¡Espera! -lo llamó la mujer -. Toma estas monedas .
– Gracias . -El muchacho estaba sorprendido . Jamas nadie le había dado nada por entrgar un encargo.
>>Cuando llegó de nuevo al colmado , su padre salió de inmediato a recibirlo , seguido de varios vecinos.
>>-¿Qué ? -le preguntó .Era hombre de pocas palabras , como la mayoria de las gentes del lugar.
>> El muchacho se encogió de hombros sin saber qué decir , ante lo que su padre le propinó una colleja.
>>-¡Ay!- se lamentó el muchacho.
>>-¡No seas bruto ! – dijo la esposa del tendero , saliendo en defensa de su hijo .
>>-¿Qué has visto ?-insistió el tendero ,impaciente , como el resto ,por saber.
>>-Nada -contestó el muchacho , frotándose el cogote dolorido.
>>-¿Cómo que nada ? -dijo el padre .
>>Pero , bueno , ¿quieres dejar al chico ?-intervino la madre
Y a continuación , en un tono más suave , preguntó -:¿No has ido a la cabaña?
>>-Sí , pero no he visto nada . He descargado la carreta en el jardín .La puerta estaba cerrada .
>>-¿Y no se te ha ocurrido mirar por las ventanas? -preguntó el cartero.
>>El muchacho negó con la cabeza e involuntariamente hizo tintinear las monedas que llevaba en la mano cerrada .
>>El sonido no pasó inadvertido a su padre .
>-¿Te ha dado dinero ?
> El muchacho asintió.
>-Dejame ver – ordenó el padre .
>Pero antes de que el muchacho abriera la mano , su madre advirtió al tendero :
>-¡Nose te ocurra quitarseló !
>Y se enfrascaron en tal discusión que ni siquiera oyeron el ruido del motor de un camión de mudanzas que tomaba el camino del lago , penetraba en el bosque de abetos y se detenía frente a la cabaña de la forastera .
>Los días siguientes la mujer no apareció por el pueblo.¡Tenía demasiadas cosas que hacer! Puso orden en la casa ,preparó leña para el invierno.¡Uno de los peores! -recordó Marcela.
-Eso ya lo has dicho, abuela -dijo Lola ,impaciente por que siguiese con el relato .
-Al undécimo día -continuo Marcela -, la forastera abrió la pequeña maleta con la que había llegado al pueblo y comenzó a sacar papeles escritos en un extraño lenguaje.Fue en ese mismo instante cuando ,al levantar la vista ,en el reflejo de un espelo del pequeño comedor descubrío a un par de personas observàndola desde una de las ventanas .Enseguida se volvió hacia ellas , y salieron huyendo . La mujer se precipitó hacia la puera y descubrió al hijo del tendedero y a una muchacha que corrían a través del bosque de abetos .
>>Al día siguiente , a la misma hora , los mismos ojos volvían a espirar por la ventana y vieron a la forastera sentada frente a un mueble de grandes dimensiones . Levantó una tapa y comenzó a mover las manos rápidamente . El hijo del tendero y la muchacha se miraron sorprendidos .¿De dónde venía aquella música?
>>Las notas de un piano resonaron por el bosque de abetos y resbalaron sobre las aguas del lago .Los dos jóvenes permaneciron mudos de asombro en el exterior de la cabaña hasta que la música cesó .
>> -¿Queréis entrar? – La mujer estaba frente a ellos , cubierta con su abrigo .
>>El hijo del tendero y la muchacha palidecieron . ¡Los había descubierto !La muchacha salió corriendo en dirección al pueblo .Él permaneció inmóvil y aceptó la invitación .
>>A partir de aquel día , el muchacho acudío cada tarde a la cabaña del bosque , en la que entraba libremente con el beneplacito de la forastera. Al principio se limitaba a sentarse y escuchar las composiciones del piano .Observaba los dedos de la mujer moverse sobre las teclas , y pensaba que era algo realmente mágico.
>> -Puedo enseñarte – le propuso un día la forastera .
>>El muchacho descubrió entonces que pronto sabría cómo inundar de música el bosque de abetos .
>>Mientras, en el pueblo había corrido la voz de que la forasterahabía hechizado al hijo del tendedero , que a pesar de sus padres iba a diario a su casa .Aunque nadie sabía que iba a tomar lecciones de piano .
>>Trascurrieron los meses y los vecinos se fueron acostumbrabdo a la presencia de la mujer en el bosque .Apenas la habían visto un par de veces más . Vivía aislada y el hijo del tendero le llevaba cuanto necesitaba .
>>Un día ,cuando el muchacho se ddirigía a su cita de todas las tardes , oyó unos gritos terribles procedentes de la cabaña .Corrió como un gamo . Al entrar vio, horrorizado , que la mujer estaba tendida en el suelo y se revolvía presa de espasmos de color .
>>-¡Ve en busca de ayuda ! -exclamó .
>>El muchacho regresó al cabo de un rato acompañado de su madre , que , al ver el estado de la forastera ,se precipitó hacia ella .
>>¡Calienta agua !-ordenó a su hijo -.Y busca unas toallas . Esta mujer va a da a luz.
>>Aquel día nació una niña rolliza y pelirroja que enamoró a la mujer del tendero , que siempre había deseado tener una jhija . Y, sin que nadie de enterara , decidió acudir todos los días a la cabaña del bosque para contemplar a la niña y ayudar a la madre .Fue curioso cómo la llegada de la recién nacida trasformó a los vecinos del pueblo . El cartero también comenzó acercarse a ver ala forastera con la absurda excusa de que ,si lo deseaba , podía ayurdarla a escribir una carta a sus familiares para comunicar la noticia .
>>-No tengo familia – fue la única respuesta de la mujer .
>> -¿Y el padre del bebé ? – preguntó el hombre , curioso .
>>-Hui de él -contestó la mujer .
>>Jamás volvió a hablar del tema y, aunque parezca extraño ,nadie volvió a preguntar .
Marcela guardó silencio y volvió la cabeza hacia la ventana . Ahora Lola sabía que miraba en dirección al bosque de abetos. Se avecinaba el silencio , pero antes de que la abuela se encerrara en un mutismo del que sería dificil arrancarla , preguntó :
-¿Qué nombre le pusieron al bebé ?
-Marcela.
Lola se fijó en el viejo piano de pared del fondo de la sala, sobre el cual reposaba el retrato de una mujer con un bebé en brazos.
Fin
Peluqueria Talcual.